Paseábanse las horas por delante
de mi, en mi casa, cursaba el mes de enero,
mientras oía tronar. Y el aguacero
salpicaba por mi lado a cada instante.
La tarde era prieta, gris, cual un florero
en que las flores desnudas se marchitan;
los desagües berreando desgañitan
los gemidos repicando en el alero.
La oscuridad iva su alma guareciendo
bajo los tilos que en mi jardín pernoctan,
cual vientos rotos que gritan y rebotan
y contemplan al silencio envejeciendo.
Eran las ocho y parecían las doce,
las colinas expectantes, mortecinas,
se escondían por detrás de las neblinas
evitando en movimiento cualquier roce.
Finalmente el firmamento quedó en calma
y el cielo se echó a dormir al cielo raso,
los disturbios se subieron al parnaso
y el alma firmó al fin la paz ya con su alma.
©donaciano bueno
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- Autor: donbuendon (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de agosto de 2015 a las 01:09
- Comentario del autor sobre el poema: Una tarde-noche de lluvia. Después de la tempestad siempre llega la calma.
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 18
- Usuarios favoritos de este poema: Trovador de Sueños ...y realidades.
Comentarios2
Expresivas letras, bien trazadas con tu fina pluma... para describir a plenitud lo que la natura puede y es. Un excelente poema, para expresarlo, apreciado hermano poeta. Un enorme gusto leer.
Saludos cordiales;
Carlos
Nadie mejor que un trovador para comentar estos versos.
Muchas gracias, amigo Carlos
Aquí hace mucho calor y el cielo entre el azul y blanco de algunas nubes, pero al leer tu hermoso poema, me trajo el olor fresco de la lluvia y la melancolía del oscuro invierno.
Un pacer leerte y un abrazo Shira
Si he conseguido que te retrotraigas a esa época del invierno. aunque ahora en las queridísimas islas lo estés pasando fatal de calor, es que algo he hecho bien.
Un abrazo
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