En la libertad, no somos libres. En la dictadura tampoco. Andamos a tropezones, en medio del miedo e de la incertidumbre del mañana.
Quería una montaña, solo mia, donde de mis ojos alas libres volaran en medio de las nubes. Descansada, sin temores, ni precaución, suelta sin destino, no buscar nada, ni querer nada, volar, solo volar, hasta que volviera a mi montaña.
Oír los pájaros en la rama verde de los árboles, ranas saltando de piedra en piedra en medio del lago. Sentir la sombra de Águilas pasando entre el sol e yo.
Una casita blanca, con cortinas amarillas bailando al sabor de la brisa. Trepaderas, acariciando las paredes coloridas de mil tonos.Una gatita blanca, dulce como la que he tenido. Mi viejo ordenador descansando, la caja de recuerdos con su lazo azul guardada en el cajón.
Miles de fotos llenando las paredes de las habitaciones, mis dedos resbalando por ellas, sintiendo que es mi vida en imágenes.
No saber de quien sufre, muere nasce, me quiere mal. Aislada, de todo. Cuantos bellos poemas no haría! No por cobardía quería esto todo. No. Solo para ser yo misma hablar alto con Dios, no oír reproches ni acusaciones.
Mezclada con la naturaleza, como flor en medio de cardos, he vivido. Ahora queria ser una flor en un jardín, E lejos los cardos se picarian unos al otros.
Cansancio de no ser, de ser lo que no soy, cansada de tanta hipocresía, cansada de viver sin hacerlo. Agotada de caminar por senderos, evitando hacer daño e siendo dañada con brutalidad, por tantos, que con abrazos me apuñalaran la espalda.
Arreglaría manera de poder oír mi música, dormir bajo un árbol, por la tarde, llenarme del olor de romero, glicinias, rosas, del Jazmín, de todo lo que la tierra regala sin pedir nada.
Toda la vida disfrazada, con trajes, cabello arreglado, era la mujer que admiraban. Pero mi interior tan sencillo e libre, pasó la vida encarcelada en la sociedad.
Ahora era justo tener mi tiempo en mi montaña, con mi soledad, sin estar sola, no tener frio ni calor, tragar con ansia el silencio e vivir para mí. Solo para mi e para lo que me haría feliz. Sin tener miradas cortantes hablando mal de mí.
Metida en un cajón en un edificio, Mirando por las ventanas a la calle, pregunto a mí misma ¡qué hago aquí! Nada, vegeto. Pisoteo lo que debía guardar con cariño en mis manos e mi querer. ¡Libertad! Explotar como volcán e ser yo en mi desnudez sencilla, sin maldad ni pensamientos para allá de ser etérea, sin materia e volátil, como el aire.
Quedaría feliz, me alegraría mucho que mi Amigo fuera conmigo, Era oro sobre azul.
Oporto 05-07 de 2015
- Autor: secreet50 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de julio de 2015 a las 14:53
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 61
- Usuarios favoritos de este poema: ClaudiaAlheli
Comentarios3
La libertad, que bella palabra en un mundo que vive peor que en la edad media, antes por lo menos comían, ahora muchos ya ni eso
Alejandro; Mi libertad es poder mirar a todos con el alma limpia. Sin darse cuenta regalar lo que falta a muchos.
Nunca esperar que sea devuelta el bien que hago. Mi libertad es ser solo yo en mi sencillez.
Un abrazo con amistad sincera.
Carminha Nieves
Sé tu misma amiga querida, tu esencia, tu ser deben ser libres, porque tu eres un ser maravilloso, un ser de luz, que moriría si lo aprisionan, y no mereces miradas clavadas en el alma, mereces miradas de amor, miradas dulces de tu amigo inseparable, y de las personas que te queremos.
Vive la magia de la vida, baila, ama, ríe, que tu música interior salga a la luz e inunde el mundo en que vives. Tu derramas alegría.
Disfruta del aroma de las flores que tanto te gustan, del contacto de la naturaleza que te da vida y fortaleza, esa fortaleza que tanto admiro en ti, esa capacidad de perdonar, de no guardar rencores, de vivir.... y dejar que los demás vivan a su antojo, Ya llegará a ellos, su hora de ajustar cuentas con Dios.
Te admiro Carminha, eres maravillosa, nunca cambies tu manera de ser!!!
Te envío un abrazo grandísimo, un beso y mi eterna amistad sincera, para ti y para Joaquín.
Dios los bendice y protege.
Claudia Alhelí Castillo
Hoy he ido a mi casa. Olor a moho, triste, oscura, mi retrato detrás de una puerta, vida desnuda la tienen, huecos de sentimientos, asco de que gocen de mis cosas sin castigo. Pido a Dios que deprisa muí deprisa, pueda ver su sufrimiento. Igual al mio. Lo merecen y si no lo veo, Dios está muí distraído.
Deseo que en tu casa la paz sea eterna e que la enfermedad marche e deje vivir gente buena como vosotros.
Un abrazo con mucho cariño, tanto que nunca lo podrás medir.
Carminha Nieves
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