“En la orilla de aquella playa ilusoria y desierta hoy lloro mi indecisión, el miedo a arriesgar y mi poco interés”.
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Cerca de la playa Omar Cruz paseaba solitario y decepcionado por haber dejado a medias la carrera de comunicación social, su único amor. Aunque trabajaba en el diario El Nacional por más de 5 años, ahora se lo obligaba a ser un profesional con la Ley Orgánica de Comunicación, ya nada le importaba ante este panorama desalentador. Sin familia, sin amigos, sin novia, sentía que nadie lo quería. Al verse en esa desmejorable situación decidió abandonarlo todo y se sumergió lentamente en el ancho mar donde descansaría para siempre. Pero ese no era todavía su final, antes de que consumara su acción, lo distrajo un lamento estruendoso, un ser hermoso estaba allí observándolo.
Él, se acercó lentamente a la jovencita, se sentó a lado de ella sin mediar palabras. Alzó la mirada y contempló ese inmenso mar.
La chica con muchas iras golpeaba la arena, de pronto, sus labios manifestaron palabras llenas de remordimiento:
-¡Maldición por qué llegue tarde! ¡Ya no hay esperanza! ¡Devuélveme mar lo te me has llevado!-
Él inmóvil y sin saber qué hacer observó su mano maltratada por los constantes golpes y suavemente le susurró al oído:
-¡Una hermosa doncella como tú no debe proferir insultos y tener en su corazón tanto odio!-
Pero ella hizo caso omiso a sus palabras y continuaba lamentándose:
- ¡Sola estoy y así quedaré!-
Omar no comprendía la situación y le seguía hablando pero ella no le dirigía la palabra, parecía que lo ignoraba, se sintió en la necesidad de sacudirla y decirle que él ahora estaba a su lado.
Pero la joven no se inmutó siquiera. Seguía llorando, sus palabras sonaron esta vez como un reproche:
-¡por qué no le dije que lo amaba, por qué callé maldita sea!-
Él ahora comprendía su pena, quizás por eso lo ignoraba, extrañaba a su amado, pero ¿qué le pudo haber pasado? De seguro su amor de alguien más se había enamorado y ella no le había confesado a tiempo de su amor.
Así pasaron las horas y el empezaba a enamorarse más y más de aquella joven y hermosa mujer, le recordaba a alguien pero ¿a quién? De pronto las palabras de la joven lo llenaron de desesperación cuando ella pronunció su nombre:
-¡Omar Cruz! ¡Siempre solitario! ¿Qué nunca vistes a tu alrededor quien de verdad te estaba amando?-
Y él respondió atónito sin que ella lo notase:
-¡Pero estoy aquí preciosa! ¿Acaso eres ciega mujer?-
No se percató hasta entonces que esa bella mujer era una amiga del colegio, no eran los mejores compañeros, pero siempre se saludaban, nunca la notó antes, es verdad, pero estuvieron en contacto hasta que un día nadie supo de ella, qué sorpresa para él encontrarla después de tanto tiempo y tan cambiada.
Intentó besarla efusivamente, estrecharla entre sus brazos, pero fue en vano, su rostro traspasó el de ella. La frase final que la joven dijo dejó entrever que sus sospechas lamentablemente eran ciertas:
-¡Te fuiste Omar de mi vida y ahora sólo me queda tu recuerdo!-
-¡Oh princesa me amaste y por mi desatino no podré estar contigo-
Por un momento vio una luz que lo cubría y se despidió sin despedirse de aquella hermosa chica de ojos grandes y mirada taciturna, quien le hizo recordar su nombre, Celeste, mientras le dedicaba sus versos últimos sin que ella los escuchara.
- “En un mar sin peces, infinito, irrepetible, el amor hizo posible, que me muriera dos veces".
Apesadumbrado, él despertó de su letargo cuando la maestra repitió algunas veces su nombre.
-¡Omar Cruz despierta!-
Sorprendido y un poco asustado vio a su alrededor a sus amigos de cuarto semestre de Comunicación Social. Omar se había quedado dormido en plena clase de Estilística y Redacción. Desde ese momento comenzó un nuevo amanecer en su vida, trabajó y estudió incansablemente con ahínco, con esmero, ahora sus pensamientos estaban claros y con las metas bien puestas decidió cumplir sus objetivos, ya que sin querer un trágico futuro le había sido revelado.
Después de la titulación se casó con su amiga Celeste y juntos durante el resto de sus vidas compartieron una gran pasión por la Comunicación Social.
Derechos Reservados
Kerlyta Elizalde Masache.
Santa Rosa-El Oro -Ecuador
- Autor: Casi una familia (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de julio de 2015 a las 00:17
- Comentario del autor sobre el poema: Saludos mis estimados/as, seguimos con la publicación de nuestros cuentos, esperamos que sea de vuestro agrado... abrazos... C.S
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 46
- Usuarios favoritos de este poema: Comunicación Social, nelida moni, Maria Hodunok.
Comentarios1
Maravilloso y muy aleccionador tu cuento, colega.
Es un honor leerte y nunca dejes esa bendita carrera, que bien tomada, es un arma muy grande para luchar por la verdad y la justicia.
Caiños.
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