Bastaba con decirle sin decirle
que la almohada se anegaba
hasta los sueños que no eran,
que las risas se fingían
con sobriedad y descaro,
que las rosas florecían
si el jardín no era improvisado,
que los besos se morían
sin antes haber alumbrado.
Bastaba con regalarle un silencio
que dijera "Adiós", no "Hasta luego",
y dejarle, enlazadas en la boca,
un centenar de canciones rotas
para cantar un duelo que no acaba de morir.
Cuando el coyote
no le canta a la luna,
duerme en su sombra.
- Autor: Dama del Silencio (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de julio de 2015 a las 15:42
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 62
- Usuarios favoritos de este poema: Alejandro O. de Leon Soto, Viento de amor
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