... Y en la noche, tu olor llama a donde tus brazos, no son capaces de abrirse ...
syglesias
Presenta
DOLOR de OLVIDO:
Tu olor a llanto en la piel, me recuerda con tristeza ajena en mi corazón, cuanto es lo que sufriste la noche anterior, sumida en pleno silencio sobre la almohada, por no hablar con espacio y tiempo de esos problemas que nos fueron separando, alejándonos de lo más querido y tanto amado hasta ayer en los brazos...
Por el olor húmedo de llanto en tu cuerpo, volteo la mirada un instante, viendo lo rojizos e irritados que han amanecido tus ojos esta mañana, pensando, si en realidad había que llegar hasta el extremo de tener que conocer lo que era el dolor de olvido, por un corazón que tenía lugar para ti en el amor...
Con olor a lágrimas que recorrían tu rostro, levantaste la cabeza un instante aquella noche, mirándome fijamente a los ojos, como despidiéndote y entonces me acerqué a ti para con mis manos quitarte las lágrimas de la cara, percatándome que al hacerlo otras nacían y con mis labios en tu rostro las, aparté...
De olor a lágrimas caídas en sábanas blancas, sentados en el borde de la que fue nuestra cama durante años, se fue motivando de a poco a hablar un corazón inconmovible con latidos jamás sentidos en mi pecho, atrás habían quedado falacias de antaño, dando paso a esa verdad nunca escuchada por los labios de tu boca...
El olor a llanto en tus manos, entre las mías, me provocó llevarlas a mi boca para besarlas y besándolas apasionadamente solté una de mis manos, para acariciar suavemente tu cabello de oro, perdiendo mis dedos entre ellos y fue entonces que con tus labios besaste mi brazo, viendo brillar por un momento tus ojos glaucos.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 16072015 11:00 AM.
syglesias
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DOLOR de OLVIDO:
Tu olor a llanto en la piel, me recuerda con tristeza ajena en mi corazón, cuanto es lo que sufriste la noche anterior, sumida en pleno silencio sobre la almohada, por no hablar con espacio y tiempo de esos problemas que nos fueron separando, alejándonos de lo más querido y tanto amado hasta ayer en los brazos...
Por el olor húmedo de llanto en tu cuerpo, volteo la mirada un instante, viendo lo rojizos e irritados que han amanecido tus ojos esta mañana, pensando, si en realidad había que llegar hasta el extremo de tener que conocer lo que era el dolor de olvido, por un corazón que tenía lugar para ti en el amor...
Con olor a lágrimas que recorrían tu rostro, levantaste la cabeza un instante aquella noche, mirándome fijamente a los ojos, como despidiéndote y entonces me acerqué a ti para con mis manos quitarte las lágrimas de la cara, percatándome que al hacerlo otras nacían y con mis labios en tu rostro las, aparté...
De olor a lágrimas caídas en sábanas blancas, sentados en el borde de la que fue nuestra cama durante años, se fue motivando de a poco a hablar un corazón inconmovible con latidos jamás sentidos en mi pecho, atrás habían quedado falacias de antaño, dando paso a esa verdad nunca escuchada por los labios de tu boca...
El olor a llanto en tus manos, entre las mías, me provocó llevarlas a mi boca para besarlas y besándolas apasionadamente solté una de mis manos, para acariciar suavemente tu cabello de oro, perdiendo mis dedos entre ellos y fue entonces que con tus labios besaste mi brazo, viendo brillar por un momento tus ojos glaucos.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 16072015 11:00 AM.
Offline)
Comentarios1
Me llego al alma tu bello poema, cada linea leída es como sentir esas lágrimas caer, compartiendo su dolor.
Un abrazo Shira
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