Nos bajamos en la estación "Boulevard" y emprendimos un largo camino húmedo. Todo olía a mar y ese aroma nos ensordecía más conforme bajábamos las escaleras, peldaños y bajaditas y zig zags todos bien acompañados de su fiel longevidad a la cual debían gran parte de su atractivo. Nos detuvimos un momento a medio camino y contemplamos el océano. Eran las 18 horas en un invierno limeño y todo empezaba a oscurecer mientras el sol tocaba nuestros rostros con sus últimos rayos y el viento se hacía partícipe tocando mis huesos y soplando de ella su parte suelta del cabello. Altitud cero. Recorrimos la costa por hora u hora y media hablando de la vida, de la muerte, del tiempo y también de una que otra huevada.
- Autor: Roque Argüelles Arévalo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de julio de 2015 a las 00:21
- Comentario del autor sobre el poema: Barranco
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 17
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