Entre frases y reflexiones IV

Diaz Valero Alejandro José

El sueño es un gran guerrero que a todos nos vence.

 

Los ríos son como caminos en movimiento.

 

En el jardín de la noche brotaron estrellas.

 

La noche muestra su sonrisa de luna.        

 

Cuando la noche llega muchos se van.

 

La noche arropó a la montaña y se durmió con ella.

 

La noche se defiende lanzando rayos de luna.

 

Solo Dios y la noche saben lo que pasó.

 

Las flores coloridas se aposentan, su día termina cuando la noche comienza.

 

El jardín se durmió entre capullos y despertó entre flores.

 

Cada gato tiene su desacato.

 

A la noche no le asusta, ni luciérnagas ni lechuzas.

 

Hay estatuas que solo cuidan plazas.

 

Tu cultura es parte de tu estatura.

 

Hay noches tan nuestras que parecen días aún así a dormir invitan.

 

La noche guarda luto por sus muertos.

 

Qué más puede hacer la noche que arroparnos y quedarse callada.

 

Hay millones de estrellas que esperan cada noche.

 

Noche es noche, aunque esté lunada.

 

La noche llegó sola y se amistó con la luna.

 

La noche se durmió esperando nuestro beso.

 

Tus ojos anochecidos amanecieron despiertos.

 

Hay noches que palidecen rostros para siempre.       

 

La noche no tiene culpa que la luna no salga.

 

Prefiero una noche única a una única noche.

 

Cada noche es una nueva oportunidad para velar tu sueño.

 

La noche se trasnochó para ver la mañana.                                        

 

La luna se esconde de la noche y ésta se hace la desentendida.

 

La noche partirá de viaje apenas amanezca.

 

Negro y rojo, noche de fiesta.
 

La oruga pretenciosa como ya vuela, se cambió el nombre a mariposa.

 

Cómo ya vuela, la oruga pretenciosa, se cambió el nombre a mariposa.

 

Para ser uno mismo no se requiere histrionismo.

 

Hay vidas con tachas que les hacen estatuas.

 

Las piedras lloran con tristeza cuando no las tropiezan.

 

La luna no se derríte con los eclipses.

 

Con jugar logramos conjugar el verbo vivir

 

Ve ya, bella... Ve, ya. Y la bella fue.

 

¡Sal sal! Dijo el mar imperativamente, y acto seguido se desalinizó.

 

Los genes podrán ser muy ancestros, pero siguen siendo nuestros.

 

Si el viento tumba las hojas, ya habrá quien las recoja.

 

La lluvia besó al ventanal y el tejado se ruborizó.

 

Cada flor se prepara para ser anciana en una semana.

 

No es extraño un asno sin pasmo.

 

Hay quien solo existe si se resiste.

 

Siempre los burros están de turno.

 

Hay quien no sopesa y le pesa.

 

Algunas flores treparon por los rayos del sol, se mezclaron con las nubes y se convirtieron en arcoíris.

 

Las palabras son como cabras que salen locas por la boca.

 

Cuando el ave vuela se siente libre y eso a la postre se traduce en miedo a posarse, por temor a perder esa libertad.

 

Ya las aves deben estar pensando como anidar en el aire.

 

Las guayabas se visten de amarillo para recibir a los turpiales.

 

Las travesuras del viento más allá de una falda levantada.

 

Los árboles necesitan a los nidos tanto como a sus hojas, es por eso suelen bifurcar sus ramajes.

 

El río canta acompañado del son melodioso de sus piedras.

 

El ave es dueño y señor del aire, tanto así, que sabe distinguir cuando volar y cuando cesar su vuelo momentáneamente.

 

Al astro rey no le gusta coronarse con estrellas.

 

El sol no sabe que es el rey por eso trabaja

 

Errores en comas y acentos nos cambian los argumentos.

 

En cada beso materno de despedida hay un “vuelve pronto” escondido.

 

El ave no lamenta tanto la caída de su nido como la rotura de los huevos.

 

La hoja seca en pago al árbol que le dio vida, le abona sus raíces.  

 

La noche es como esos árboles frondosos bajo cuya sombra muchos descansan.

 

El sueño conoce la deidad de la noche, por eso le rinde culto.                             

 

Las gotas de lluvia viajan juntas sin unirse, solo al llegar a su destino se unen en un abrazo infinito para juntas ascender de nuevo hacia las nubes.

 

Hay olores que despiertan el apetito y otros que afloran los recuerdos. Ambos dormitan soñando con algún aroma que haga la magia de despertarlos.

 

Los árboles tostados se sol contemplaron las estrellas.

 

La noche enamorada levantó velo blanco.

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Autor: Alejandro J. Díaz Valaro

Maracaibo, Venezuela

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Comentarios2

  • Brizas (Shira)

    La noche que nos invita a reflexionar, y a crear bellas frases, que en cadenas hacen versos, de poemas como los tuyos siempre tan bellos.

    Un abrazo Shira

  • Beatriz Blanca

    Muy bellas tus frases y reflexiones. Son para meditarlas serenamente.
    Feliz día amigo. Bea.

    • Diaz Valero Alejandro José

      Un abrazo mi apreciada amiga. Frases que nacen y les dí vuelo!!! Un abrazo!



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