¿A qué apostamos fundiendo nuestras manos
al osar la luna a medio cuarto?
Cuando el silencio copulaba con las sombras
retamos al peligro de las ropas
y a la espada lunar y sus tres látigos.
¿Por qué la culpa hoy, nudo gordiano,
entrelaza los cuerpos ya rendidos
y quedamos atados, suspendidos?
Al margen de la noche y sus lunares
murmuraste silabas jadeantes,
deletreé los vaivenes de tu rito
y olvidamos, en fin, lo que es prohibido,
pisoteamos sermones, enturbiamos el vino,
y entre sábanas tuertas nos cegó el instinto.
Fue media noche entre raudales,
dilataban sus labios tus umbrales.
La música contrariaba a tu pulso, a tu latido,
y su magia crispaba tus sentidos.
Se anudaron en forma insospechable
tu silueta y la mía… hoy se contraen
bajo el candado doble de la muerte…
La culpa profanó, tarde, mi suerte,
y desahuciado y sobrio te dedico
esta ígnea añoranza ante tu nicho…
ahora que tu cuerpo es más prohibido…
- Autor: JHON DEILO (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de julio de 2015 a las 18:58
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: Ninfa de cristal 🧚
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