El enfado se marchita
donde la presencia macabra
de tus ojos pérfidos
se envuelven en dulzura
y acongojan mi alma,
ya repleta de tristeza,
ya constante en los lamentos.
El enfado se reaviva
cuando el brillo maldito
de tu sonrisa magna
se entinta de oscuridad
y mancha mi ser,
ya angustiado y dolido,
ya perfectamente odiado
por mí mismo.
- Autor: Vic (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de julio de 2015 a las 19:08
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 79
- Usuarios favoritos de este poema: Ninfa de cristal 🧚
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