Soy un alma desnuda que a la vida
aún le queda por dar una calada
y al que su última cena está servida.
La sombra de una vela iluminada.
De la olla en la que el agua vuela hervida
y en vapor quedará difuminada.
Siento que un alma soy aún resentida
al albur del azar, sus avatares,
la cortina que ha sido descorrida.
El pesar soy de todos los pesares,
esa luna que luce deprimida,
la bruma que amenaza allá en los mares.
Guillotina que al tren de la memoria
en sus rieles de rabia se estremece
mientras el diablo allí se vanagloria.
La noche adormilada que oscurece
antes de dar el gran salto a la gloria
mientras de ese río el caudal decrece.
Una rosa, un jazmín, un crisantemo
la blasfemia en la boca de un aldeano
la espuma de la boca de un blasfemo.
Soy todo eso y mucho más. Me entretengo
pensando a donde voy. Sepas hermano
que aun no sé lo que soy, de dónde vengo.
©donaciano bueno
- Autor: donbuendon (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de agosto de 2015 a las 00:10
- Comentario del autor sobre el poema: El lema de mi epitafio es: vino sin siquiera conocer para qué vino. Calada: la última chupada al cigarrillo.
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 38
- Usuarios favoritos de este poema: Cecilio Navarro, Jesús Lantigua
Comentarios3
Me gusto mucho este poema, divagando momentos de la existencia, venimos desnudos y nos vamos vestidos, no siempre con la ropa que hubiéramos elegido.
Un abrazo Shira
Venimos al mundo tamquam tabula rasa, como una tabla rasa, según los escolásticos, en expresión de Santo Tomás de Aquino. Según la mía nos vamos sólo con algunos garabatos.
Un abrazo
Me trajeron sin pedirlo, y ahora que me gusta me llevan. ¿Por que? La cosa tiene injundia.
Excelentes tus tercetos. Un abrazo.
Excelente tus versos. Placer reiterado en recorrer tus letras. Abros.az
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