Secreto a voces

Secreto a voces

¿Te das cuenta de que a nadie le importamos,

de que un beso o dos, de que desnudarnos en medio de la calle,

pasa desapercibido, como pasan tantas cosas,

que la risa en un bar, que un brindis mirándonos a los ojos,

pasa sin que a nadie le preocupe, que el amor,

que el dolor, que esta ganas de encontrarte no son tema,

no son luces para el mundo ni para la crónica o la moda,

que es sencillamente nuestro este universo y su alegría,

que este planeta no se entera de que lo vemos diferente,

de que creemos en su empuje, de que nos aliamos a su fortaleza,

de que el sol indiferente nos preocupa pues lo amamos,

de que la luna caprichosa nos preocupa pues en ella

y en su penumbra nos besamos y forjamos mil promesas,

de que al hombre y a la mujer que acelerados corren

les dedicamos nuestros mejores deseos de que ya se encuentren,

de que se detengan en su loca y furibunda cacería,

de que, si bien ni se fijen, aunque aquí lancemos gritos y aplaudamos,

estamos aquí por ellos, porque merecen la alegría,

porque ni amándonos así, como sentimos que ya cada día nos amamos,

es suficiente si en la tierra todo sigue como siempre,

cayendo, delirando, fabricando cunas negras

o dedicándose a vagar, unos aquí sin horizonte

y los otros a la vuelta de sus propios laberintos?

¿Te das cuenta de que nadie nos escucha,

de que es un viejo mar el que les habla cual nosotros,

de que es un mismo árbol el que los mece y les susurra

y una misma gran ciudad la que recorren sin destino,

sin escucharse ni ellos mismos, sin pararse

cuando esa voz de adentro les grita a qué has venido,

cuando ese instante breve, en que se miran al espejo

y algo más consiguen ver que su corbata y sus relojes,

les llama la atención y les dice estoy contigo,

yo soy tan sólo tú, te necesito y no lo sabes,

ese instante en la verdad de descubrirse para adentro,

de poder reflexionar sobre la vida y su sentido,

pues existe, viene y va, no les preocupa demasiado,

o les preocupará demasiado tarde para esta y muchas cosas?

¿Te das cuenta de que te amo y te lo digo

no sólo con palabras, sino con cada jornada,

con cada puerta que abro a los que viven atrapados,

con cada sed que sacio de quien vive en el desierto,

de cada espina negra que recibo sonriendo,

tal cual has hecho tú, tal cual hacemos todos

los que creemos todavía en la esperanza,

todos los que en un día celebramos esta vida,

todos los que, al instante de sentir que todo cae,

seguimos sosteniendo que otro mundo es ya posible?

¿Te das cuenta de que eso es lo que somos,

seres que se aman, que no vienen a la guerra,

ni a usufructuar ni a bendecir al asesino,

ni a claudicar de sus sueños ni sus luchas,

ni a mentir ni a lucrar con el duelo del más débil

ni menos a olvidar que aquí somos responsables?

¿Te das cuenta de que a nadie le interesa,

de que aparentemente las cosas ya no cambian,

salvo por esa voz que cual la hierba entre las piedras

nos sigue susurrando no se rindan, los espero,

nos sigue confirmando que aunque no hay auspicio alguno

ni puesto que ocupar en las mentiras oficiales,

seguimos siempre aquí, no solos, sí calmados

con miles de millones que en su paz se reconocen

y que lentamente al fin, sin que nadie se de cuenta,

la vida han de cambiar, porque es a eso a lo que vienen?

¿Te das cuenta de que te abrazo porque hacia allá también nos vamos

y de que aunque nadie lo notara, ya sonríe

el sol bajo el que estás porque eres parte del secreto?

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30 07 15