Ella, enviudó a la luna
matando el astro rey
al amanecer.
Después del
fuego nocturno,
el témpano asomó
en su pálida piel.
De noche
ella es caldera,
de día
gélida agonía
Y al abrir la puerta
para marcharse,
el viento
levantó las cenizas.
Me queda en su copa
la marca
de su labial durazno
Y bebo de ésta sediento
allí, donde posaron
sus labios.
- Autor: Bambino (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de agosto de 2015 a las 10:44
- Comentario del autor sobre el poema: Ella me entrega todo por una noche y de día escapa de mis brazos.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 100
- Usuarios favoritos de este poema: nelida moni, kavanarudén, Edmundo Rodriguez
Comentarios5
Es algo asi, como la viuda negra, es una araña. Bellas letras.
Hermoso, sutil, profundo.
Ese entregarse y después desaparecer al amanecer.
Un gusto leerte amigo (permite que te llame así).
Un abrazo.
Kavi
Muchas gracias emy.
Pero como no amigo Kavi.
Querido Amigo Bambino ,
Y en la cùspide de la pasiòn ,
el camino es gozarla .
Un gran Abrazo .
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