Recuérdame cuando fuimos buenos

Gomezea

Ahora que nos dijimos adiós para siempre

Pasaremos a ser recuerdos; tuyos y míos.

Ten en cuenta que te pediré una sola cosa

Por el amor que nos guardamos todo este tiempo.

 

Recuérdame cuando fuimos buenos socios

Y construimos proyectos preñados de ilusión

Amparados por un cielo suntuoso extranjero

Que hizo brillar hasta los más oscuros deseos.

 

Aunque tuvimos poco, hicimos muchas cosas.

Recuerda esos días que pasamos cocinando,

Decorando, vendiendo, estudiando; trabajando

Y de cada instante sacamos la mejor parte.

 

Recuérdame cuando fuimos buenos amigos

Con la diversión de ser absurdamente tontos

Corriendo tantas veces detrás de un autobús

Con parada en el país de los sueños fugaces.

 

Nos dimos la mano y seguimos adelante

Imaginando, inventando, volando, viviendo…

Los límites, la felicidad, el firmamento

Y, sobre todo, cada uno de nuestros momentos.

 

Recuérdame cuando fuimos buenos confidentes,

Cuando nos escuchamos mirándonos los rostros

Y un beso fue la coma precisa a los problemas

Porque las pieles se comprendían mutuamente.

 

Tus secretos fueron míos y los míos tuyos;

No hubo verjas que las palabras no derribaran.

De pronto, nos correspondimos por sinceros,

Porque, además, éramos el pilar del otro.

 

Recuérdame cuando fuimos buenos niños

Jugando a que la vida nos mantendría juntos

Cuando la lluvia nos mojaba y aun reíamos

Porque esos momentos los pagamos con sonrisas.

 

Conjuramos la alegría con naipes, desvelo…

Pensé que la suerte estaría a nuestro favor

Y faltarían años para seguir ganando

Estas batallas a las que llamábamos vida.

 

Recuérdame cuando fuimos buenos hermanos

Y sostuvimos las lágrimas sobre los hombros

Cuando desafiamos las corrientes de esos días

Con el subterfugio de no dar el brazo a torcer.

 

¡¿Qué importa si al final terminamos separados?!

Fuimos hermanos perpetuos incondicionales

Andando más de mil noches el camino a casa

Por el sueño fracturado de graduarnos juntos.

 

Recuérdame cuando fuimos buenos maestros

Y nos enseñamos que la paciencia es virtud,

Que la humildad nos convierte en mejores personas

Y la determinación es la raíz del éxito.

 

¡¿Cuánto nos enseñamos?!, fueron tantos consejos

Los que nos dimos para hacerlo correctamente.

Pronto tendremos un título de licenciado,

Espero que no olvides la parte que te di.

 

Recuérdame cuando fuimos buenos alumnos

Y aprendimos a amar la vida tal como es,

Con la necesidad de mejorar cada día

Sin descuidar nuestra tarea de ser felices.

 

Estoy seguro de que aprendimos suficiente

En esta larga carrera de más de seis años

Y, aunque inscribimos asignaturas diferentes,

Siempre tendremos en común “Habernos Amado”.

 

Recuérdame cuando fuimos buenos amantes

Y las manos dijeron mucho más que las bocas

Cuando los labios se aferraban más que los dedos

Tú muriendo entre mis brazos y yo entre los tuyos.

 

Con la escasez de nuestros cuerpos hicimos tanto

Atracando en los rincones que olvida septiembre,

Escardándonos el corazón y el pensamiento

Hasta reducirnos a sólo nosotros dos.

 

Recuérdame cuando fuimos buenos médicos,

Y nos recetamos besos contra el mal de amor,

El sexo resultó el analgésico perfecto

Y las caricias el antifebril poscoital.

 

Aunque dejé de ser el doctor contra tus males

En tu piel quedaron impregnadas mis caricias,

Nadie te hará el amor con tan sincera pasión

Y será el animal que te mate entre las sábanas.

 

Adiós, nos veremos cuando ya no duela el corazón.

Nuestro amor no fue de este mundo.

Una vida entera era demasiado para él.

Hasta que la muerte nos una.

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  • Autor: Enmanuel Gómez (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 8 de agosto de 2015 a las 20:32
  • Comentario del autor sobre el poema: El último poema que le escribí a mi esposa por seis años cuando nos separamos. Hay amores que no se terminan por terceros O por la muerte de alguno; hay amores que los mata la vida. Ojalá que ahora cada uno pueda tener una vida más feliz.
  • Categoría: Triste
  • Lecturas: 87
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