Llegas a mí como brisa serena, cálida, placentera,
acariciando mis sentidos entumecidos sin ti, Mujer.
Iluminas más que el sol el día,
ninfa del amor y de la vida.
Exhala tu cuerpo el aroma sensual,
femenino y embriagador,
saciando de placer mis ojos,
mi boca, mi ser, todo mi yo.
Quisiera ser dios, sí,
quisiera ser dios para no morir,
y así poder sucumbir bajo tu encanto, Mujer.
Meces tu pelo al viento,
dejas que él, caprichoso,
ondule tu cabello,
tu largo, tu mágico cabello,
como trenzado por finísimas hebras de seda.
Viento quisiera ser para poderte alzar hacia arriba,
hacia el cielo, hasta la divinidad,
Venus de la noche, diosa de mis sueños.
Agua clara que baña tu ser,
desearía sólo ser la espuma,
y beber el dulce sabor de tu fresca,
pura, inmaculada piel.
Gustar la fragancia de tu boca,
perderme en el edén de tu abrazo,
escuchar deliciosos susurros de tus labios
y no despertar jamás, Mujer.
Phedro.
©Reservados derechos de autor.
- Autor: Phedro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de agosto de 2015 a las 13:43
- Categoría: Amor
- Lecturas: 33
- Usuarios favoritos de este poema: Edmundo Rodriguez
Comentarios1
Me gustaron tus románticos versos.
Un abrazo
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.