Y sin embargo creí,
en un rotundo ¡NO!,
en un ¡NO PUEDO!,
en un ¡NO CREO!.
Y sin embargo
me dieron látigos
para ahogarme en el silencio
y no creer en mi edad,
para no ser nunca ¡YO!
Tal vez hubo alguien
escondido entre las sombras,
clavando espinas en el alma,
aguijones de lo prohibido,
de lo terrible y brutal.
Y por eso he callado
el silencio del cobarde.
Y corrí por las calles
tras una sombra furtiva
con mis ideales silentes
y los ¡NO¡ abusivos.
He corrido por los campos
entre alturas y ríos,
ocultándome de día
en bóvedas oscuras.
Y en el silencio de mis noches
reprimí mil tentaciones
con las armas apuntando
mil jornadas y mil vientos.
Y sin embargo dije ¡NO!
a la traición y la mentira
Y ese ¡NO! fue crucial
para cerrar mis ilusiones
y abrir mi boca con un ¡socorro!
Pero nadie me escuchaba
sólo yo y mi locura
CARLOS A. BADARACCO
7/8/15
(DERECHOS RESERVADOS)
- Autor: CARLOS ALBERTO BADARACCO ( Offline)
- Publicado: 11 de agosto de 2015 a las 20:32
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 48
- Usuarios favoritos de este poema: Trovador de Sueños ...y realidades.
Comentarios3
Carlos una negación que un tiempo poco hace, que cubrió nuestra américa, a punta de metralla, donde ese socorro fue el eco de las montañas sin acallar porque fue escrito grabado en el viento.
un gusto leer tu trabajo un abrazo fraterno
Ay! mi querido amigo, qué poema tan vivo, expresivo de emociones, llegas al alma. Ese grito que imponen tus versos, cala hondo.
Un beso grande, un abrazo profundo.
GRACIAS POR VUESTROS COMENTARIOS.
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