No siento miedo, no siento pena
si en tus brazos paso la guerra;
y si no estás… ¡qué miedo!, ¿no te doy pena?,
que eres tú mi vida entera.
Con el cielo como abrigo
y nuestros labios de testigos
nos conocimos y fui tu amigo
mientras aquel beso duró escondido.
Te quiero tanto que está prohibido
quererte como yo te quiero,
te quiero más de lo permitido
y para ti mi querer no tiene freno.
Te quiero despierta y medio dormida,
cuando hablo, cuando pienso y cuando sueño;
te quiero histérica y también tranquila,
con el alma, con la vida y con desdeño.
Porque no siento miedo, no siento pena
si en tus brazos paso la guerra,
y si no estás… ¡qué miedo!, ¿no te doy pena?,
que eres tú mi vida entera.
- Autor: Silencio Sonoro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de agosto de 2015 a las 06:47
- Categoría: Amor
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: andres fernandez ruiz
Comentarios2
El amor te llevo a expresar versos de esta manera. Bellas letras.
Se siente de una manera que eriza la piel.
Saludos.
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