No me preguntes por qué nunca sonrío
pues ya para mí la vida no es la de antes,
ni ese rio en que me bañaba ya es mi río
y ahora tus manos desnudas llevan guantes.
Cuando te miro a través de mi ventana
veo rasguños en lágrimas sangrantes
-no importa si noche es, tarde o la mañana-
y las caricias son gestos emigrantes.
No va conmigo, no quiero hacer regates,
quiero que sepas que no te hago reproches
si no se riega la planta no hay tomates.
Quizás tu encuentres oro de más quilates
o luna llena que luzca por las noches
o alguien más serio que no haga mil dislates.
Aquí te firmo el adiós, aunque dudando,
con el ánima encogida atragantando
y en una nube, de pena naufragando.
©donaciano bueno.
- Autor: donbuendon (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de septiembre de 2015 a las 04:34
- Categoría: Amor
- Lecturas: 49
- Usuarios favoritos de este poema: Lorenzo13, nelida moni, Alejandro O. de Leon Soto, Trovador de Sueños ...y realidades.
Comentarios3
Cuando el adiós se hace inminente, quedan esas huellas latentes como un gran aviso que el amor estuvo allí presente. Bellas pinceladas amigo Poeta,te deseo un excelente fin de semana colmado de bendiciones.
Muchas gracias. Lorenzo. El amor, aunque desaparezca, la realidad es que siempre deja rescoldos.
Un abrazo
Decía mi padre. CUANDO LA VIDA ES UN MARTIRIO....EL SUICIDIO ES UN DEBER....cuando algo falla o se está acabando es mejor decir adiós....buenos versos y el concepto excelente...saludos.
Sabio tu padre, aunque yo no lo aconsejo pues no ha lugar al arrepentimiento
Un abrazo
Felicitaciones por tan hermoso poema de amor. Saludos, Eladio
Gracias, amigo Eladio por tu lectura y comentario.
Un abrazo
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