Este tiempo ha sido de arduo trabajo, de recopilar vivencias y experiencias nuevas, y espero pronto compartir más historias.
PNCA El conejo relator
48.
EL TAZÓN DE MADERA
Un viejo se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de cuatro años. La familia completa comía junta en la mesa, pero las manos temblorosas y la vista enferma del anciano hacían el alimentarse un asunto difícil. El hijo y su esposa se cansaron de la situación.
- "Tenemos que hacer algo con el abuelo"-. Dijo el hijo.
- "Ya he tenido suficiente. Derrama la leche, hace ruido al comer y tira la comida al suelo"-. Dijo la nuera.
Así fue como el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor. Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba la hora de comer. Como el abuelo había roto uno o dos platos, su comida se la servían en un tazón de madera.
El niño de cuatro años observaba todo en silencio. Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con trozos de madera en el suelo.
- "¿Qué estás haciendo?"-. Le preguntó dulcemente el padre al hijo.
- "Estoy haciendo un tazón para ti y otro para mamá para cuando yo crezca ustedes coman en ellos"-. El niño le contestó con la misma dulzura a su padre.
Sonrió y siguió con su tarea. Las palabras del pequeño golpearon a sus padres de tal forma que se quedaron sin habla.
Esa tarde el esposo tomo gentilmente la mano del abuelo y lo guió de vuelta a la mesa de la familia.
Por el resto de sus días ocupo el venerable anciano un lugar en la mesa con ellos. Y por alguna razón, ni el esposo ni la esposa, parecían molestarse más cada vez que el tenedor se caía, la leche se derramaba o se ensuciaba el mantel.
- Autor: Pepe, el conejo relator. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de agosto de 2015 a las 10:50
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 41
- Usuarios favoritos de este poema: Pepe Pnca, Maria Hodunok., Alexandra L, María C.
Comentarios7
La verdad es que eso pasa con tanta frecuencia que hiela la sangre. Con facilidad olvidamos lo que hicieron por nosotros nuestros mayores. Un abrazo 😄
el relato me encanta, pero me parece que ya lo habías publicado antes.
un beso
cecy 🙂
GRACIAS POETA POR TUS MARAVILLOSAS LECCIONES.
SOS UN GRAN RELATOR DE HISTORIAS, MUY REALES, QUE NOS LLEGAN AL ALMA.
PLACER VOLVER Y SALUDARTE.
Profundo, lleno de sentimiento, un mensaje para reflexionar aquellos que creen que serán eternamente jóvenes y hábiles, respeto y amor mas que nunca en la ancianidad, porque lo merecen porque dieron todo. Gracias por compartir estas bellas letras llenas de enseñanza.
Un cordial saludo, feliz tarde, Alex.
También hace poco lo leí, un estupendo relato con mensaje de
RESPETO a nuestros ancianos, tarde
o temprano llegaremos a ser uno de ellos.
Un placer leerte Pepe.
Muy cierto lo que algunas o algunos han dicho el relato ya lo habia dado a conocer se titulaba "El abuelo", en lo posible tratare de no volver a cometer este error que hace que se pierda la secuencia y se que a veces a uno como lector le gusta leer letras nuevas, y que considero en el papel de lector una falta de respeto con quien lee. Agradezco sus comentarios y me gustan esto hace que la labor tenga un sentido especial. Y vuelvo a disculparme con ustedes por no poder responder sus gentiles comentarios debido a inconvenientes con el navegador y actualizaciones del equipo.
Un feliz día para todos.
Muy buen relato sobre la relación con familiares mayores en una familia. El nieto muy sabio en su inosencia.
Saludos pnca
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