A mi amada esposa Karen Pinto Garcia

Ya te siento entre mis brazos, pero aún no te he abrazado

Ya siento tu aroma, pero tu fragancia aún no ha brotado;

 Tus manos tiernas ya toque sin haberlas tocado;

Tus ojos me miraron y tus párpados no se abren a darme luz;

Escucho tu voz, sin haberme hablado

Te espero y sé que pronto llegaras.

Te quiero desde el día que tu semilla sembré

Y te amo porque contigo mis días compartiré;

Y a la mujer que su vida decidió entregarme,

Una eternidad no bastara para agradecerle

El regalo de la vida que su vientre concebirá

Locamente enamorado, de ti, mujer, que me das luz y oscuridad

Mi todo te lo ofrezco con humildad,

Recíbelo que es lo más importante que te quiero entregar.

Como el guerrero que soy he de luchar contra las tempestades del camino

Tú mi bello ser la espada mía  

Y tú mujer el escudo que en la guerra al éxito portaré

Solemnemente el honor y gloria les ofrezco

En busca del camino a la felicidad;

Mis alas errantes corte  para no seguir preso de la libertad

Pues he decido quedar libre en tus brazos para no quedarme solo jamás.