La belleza en sus ojos es letal,
Un par de puñales finamente tallados en jade,
Afilados con el desgaste de 21 años de carácter intrusivo.
Cada noche el victimario regresaba a la escena del crimen,
Entre jadeos, sudor y neblina de amor,
Moría aquel desdichado,
Siempre desgarrado,
Siempre desangrado,
siempre a mano de aquellos iris de fuego esmeralda.
- Autor: Juaco (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de agosto de 2015 a las 01:01
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 41
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