Hay una hoja en blanco, no sé qué es ni que será,
solo sé que los pensamientos se funden en mí.
Las letras saltan organizando su propio festín,
y el bolígrafo inerte se vuelve vida por un rato;
marcha y danza sobre el papel en blanco,
muere y resucita según mí voluntad,
se vuelve mensajero de otra realidad.
Otra realidad libre de prisiones,
salvo la de la verdadera realidad claro.
Acá Dios, no me toca y yo soy el mayor
asesino de la historia.
Acá, no hace falta refugiarse bajo un techo
que impida ver las estrellas.
Acá, el humo desaparece y lo asesinos
nunca son anónimos.
- Autor: Aldo Miranda ( Offline)
- Publicado: 1 de septiembre de 2015 a las 17:28
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 103
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