Los brazos atosigan
las sienes invisibles.
Sobre el borde de los cuerpos
yace la palabra vieja;
hay una fría disculpa
envuelta en el aire,
un perdón sin alma,
una pausa constante.
Y los años ocultando
la virtud de mis palabras,
en cada esquina
de cada silencio,
en cada gesto
que se anuncia y muere.
- Autor: Carlos Alba ( Offline)
- Publicado: 3 de septiembre de 2015 a las 02:45
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 81
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, Alejandrina
Comentarios1
Hermosa muestra de tu hacer poético amigo Carlos Alba
Un abrazo de amistad y afecto...
El Hombre de la Rosa
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