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¿CÓMO LE HAGO? A ÉL, LO AMO.
Cuando ya la culpa lo ha ahogado,
embriagado hoy, en unas copas de licor,
la valentía le ha acompañado;
ante mí, su alma entró en confesión.
Te digo Señor, que hoy, día de su confidencia,
es uno de esos días que jamás deseé que existiera.
Convertido en un mar de lágrimas…
me ha contado la inmensa pena en el alma,
la que tanto tiempo le ha acompañado;
él me ha hablado de su único y gran amor
ése, que la vida un día le confirió
y la avaricia, cruelmente le arrebató.
La mujer de sus días de juventud,
el amor de su vida, por la que él daba todo,
de sus brazos un día partió
quebrantando toda ley de Dios
y se convirtió para él, en su amargura…
En aquel tiempo, ella se fue con otro,
quien le ofrecía una vida de placer y estabilidad,
sí, se abrió paso ante lo que ése, le prometía
y sin importarle nada e inmoló al amor en sus días,
…¡nada le importó! ni los sueños construidos,
ni los momentos felices vividos con él… ¡nada!
Me ha dicho, que su vida ha sido un gran calvario,
que si bien fue inmenso ese amor,
jamás hubo cabida para el perdón…
ese recuerdo que tanto lo perseguía,
estaba lleno de ausencia y dolor
y el resentimiento, en él se albergó,
creció, sí, el rencor, la rabia…
y la culpa, la que siempre le ha robado la calma.
¿Cómo le hago? a él, lo amo...
¿Cómo entenderlo? ¡Ni yo misma me entiendo ahora!
y ya, desde su confesión vivo un nuevo duelo.
…¿En dónde se quedaron los felices días de niña,
cuando él llegaba y me acompañaba en mis juegos?
¡Éramos dos niños y unos grandes amigos!
La complicidad en aquellos días, era nuestra guía…
Y todavía recuerdo su mirada de desvelo,
cuando la fiebre me afligía;
su amor incondicional hicieron de él,
mi superhéroe… no necesitaba a nadie más.
Y en mis días de adolescente,
fue mi gran apoyo, mi único confidente.
A él, le debo la mujer que soy,
y hoy día, administro la ley y la justicia,
¿pero Dios, cómo ser justa el día de hoy?
…Cierto, él me dio la vida, sí,
junto a mi madre a quien mucho quería,
pero hoy vivo un gran dolor,
tal vez, el más intenso después de su partida,
porque él, no la amaba. ¡Nunca la amó!
fue en sus brazos donde halló cobijo y consuelo,
ante un amor que tanto le perturbaba.
…Mi madre, ya emprendió vuelo eterno y no sé si lo sabía
y si vivió esa pena toda su vida,
recuerdo sí, el amor que ella le profesaba
y por él, cuánto se esmeraba…
¿Entonces mi Señor, ahora, quién soy yo?
…¡Ay Dios, cuánto dolor hay hoy en mi corazón!
Mi castillo de princesa, hoy lo ha derribado…
y mis reyes, se han desdibujado.
...Hoy, mi padre, se ha confesado. ¡No soy hija del amor!
ɦiʝɑ ɗɛʆ รѳʆ
© Derechos de Propiedad Intelectual Reservados
Imagen tomada de la web
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- Autor: Hija del Sol (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de septiembre de 2015 a las 12:39
- Categoría: Triste
- Lecturas: 88
- Usuarios favoritos de este poema: Jareth Cruz, El Hombre de la Rosa, Trovador de Sueños ...y realidades., VOZDETRUENO
Comentarios6
¡Que historia! Sin palabras...
Con el honor de tu visita me basta poeta, un abrazo inmenso...
¡Oh! Qué historia tan llena de dudas y secretos. ¿Pero quién pude juzgar las acciones? Solo el Señor que es perfecto.
Fuerte experiencia, que me quita las palabras.
La vida da sorpresas, así es, guardarse secretos así, a veces hacen más daño que afrontar verdades en su momento. Ahora bien, Dios en su inmensa misericordia, siempre nos lleva a destino seguro y cuando el amor existe, todo es posible amiga, seguro esa hija terminará entendiendo que el amor de su padre ha sido tan fuerte y poderoso en su existencia, que el dolor de saberse hija del amor o no, pasará a segundo plano.
Un abrazo muy agradecido por leerme desde la sensibilidad de tu alma Beatriz.
Historia poética bellísima con final inesperado....saludos LIS
Gracias amigo Alejandro, historias que uno toma prestadas por ahí, tal vez porque llegan muy cerquita al interior de nuestro ser o quizá quedan merodeando ideas que lo ponen a uno a pensar. Lo más importante para mí es, saber que al leerme fue de tu agrado y que me lo has hecho saber.
Agradecida de tu paseo por mi espacio, abrazos y un feliz fin de semana.
Muy hermosa tu genial poesía estimada Hija del Sol
Un fuerte abrazo de amistad
El Hombre de la Rosa
Muy amable amigo , tiempo sin verle ¡eh! me alegra mucho que esté de nuevo por acá, un abrazo fraterno.
Expresiva y profunda historia hecha poesía... sutilmente hilvanada con la magia de tu pluma... pincelaste un poema desbordante de sentimientos, dulce y querida amiga del alma... Hija del Sol Naciente... siempre es un privilegio leerte.
Cálido abrazo con cariño; os deseo una serena y grata noche.
Carlos
Gracias mi querido Trovador, el privilegio es mío, tenerte siempre por mi espacio, mil gracias por estar presente.
Abrazos.
Entiendo perfectamente tus letras que estrujan el corazón, pues viví la experiencia del desamor de un progenitor, una madre que supo perdonar y enderezar los pasos a base de sacrificadas acciones que hicieron regresar su corazón. Hoy está en el cielo gracias al amor de la mujer de su juventud.
Besos con amor y respeto.
Tu experiencia, se repite una y mil veces mi estimado amigo y cuando hay hijos de por medio, sufren mucho esas historias de amor y muchas veces son penas en el alma que acompañan toda la vida. Tu breve historia me roza de cerquita, pues en mi familia hay una así y basta con escuchar a cada hijo de esa pareja, para sentir el dolor y los recuerdos tristes que llevan en su vida y la admiración hacia una madre sacrificada (santa para ellos) por llevarlos adelante sola por muchos años y su capacidad de perdón y amor para cobijar en sus brazos nuevamente al ser que los abandonó y acompañarlo hasta su lecho de muerte, dejando un ejemplo de humildad inmenso.
Muchas gracias por abrir un poquito la ventana de tu corazón, ahí, le dejo un besito de compañía.
Me sabe a gloria... tambien su comentario. Le dejo multiplicados.
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