Mis versos son rebeldes, vagan en las nieblas,
aunque los cartabones son parte de su esencia,
pues sé que existen sabios, pedir quiero clemencia
aunque salir yo intento me inundan las tinieblas.
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El agua que a la mar se va, no vuelve,
pero ella no lo hace por desprecio,
que es la ambición del mar que en su aura envuelve
y en su magma de lágrimas disuelve
para ejemplo al pedante dar y al necio.
Que el mar, la mar, de muy ambiciosa peca
siempre engullendo, siempre insatisfecha,
ansiosa que al pensar verse reseca
pudiera fenecer mientras defeca,
o quedar patitiesa algo maltrecha.
Mas sin ríos el mar no sería nada
por lo que debiera estar agradecida
a la lluvia a la nieve, incluso helada,
y a la escarcha que nace en la alborada
y olvidarse de ser tan presumida.
Yo voy por donde voy, sin saber dónde,
nunca supe, tampoco lo sé hoy
¿a dónde voy? quisiera ver a dónde
un ser soy que aparece y luego esconde,
un simple regacho medio seco soy.
©donaciano bueno.
- Autor: donbuendon (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de octubre de 2015 a las 04:27
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: sanzsant, Cirratus
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