Vuelvo de una larga ausencia. Una vez más compartiré mis poema con ustedes. Gracias...
Tratando resumir, caí en la cuenta
y supe que no es posible engañarme,
alejé la falencia en los caminos,
sin embargo, en fin nadie se lamenta
nunca habrá razón para regañarme,
eso cantan las aves en sus trinos.
El rosal me desgarra en el balance,
las rosas rotas pronto se marchita
en mi mano sin poder entregar,
ni la luna celestina convence,
soledades entretienen mi cuita,
mantuvo a su red de eterno esperar.
Ya me quedo desnudo de esperanza
por mirar a los fríos jazmineros,
llegó a mis brazos, la reina rosada,
en la isla del amor ella me alcanza,
mis gotas de llantos fueron sinceros
aunque caigan, no será reiterada.
Tengo su cabellera como hogar;
desde aquel día todo fue sencillo,
sus manos pequeñas lió ovillo de oro
y océano de amor es el lugar.
Obedecí su orden como un chiquillo
y al Creador junto, a cualquier hora oro.
Alcibíades
(Copyright © 2015 - Todos los derechos reservados.)
Amor, creo qué, enmarañado y duro puede ser nuestro camino, pero ella ya me vuelve de las sendas pedregosa?
- Autor: El señor de los fierros (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de septiembre de 2015 a las 20:59
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 23
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