En tardes como esta, donde el sol se esconde
Tristemente bajo la melancolía y el dolor,
Renace también por aquel lugar donde
Se alza la felicidad, la alegría y el amor.
En tardes como la de hoy, bohemia,
Ha habido sueños dulces y fragantes;
Hubo también una cruel epidemia
De fantasías e ilusiones elegantes.
A veces, yo tuve sueños despiertos,
También, a veces solo dormía.
En la búsqueda de algunos inciertos
Encontré la razón de por quien vivía.
En tardes, crepúsculo y melancolía
He tenido sueños junto al mar;
Y he abrazado el amor de quien solía
En cada noche siempre recordar.
Hay días en que el sol se apaga
Con el rocío bohemio de la lluvia;
Que apuñala al cielo como daga
Que mata como el amor de viuda.
En tardes como esta, donde el sol se escapa,
Hay tristeza y miedo de pronto morir;
Un sueño maléfico que me atrapa
Y sueño por quien yo he de vivir.
Hay una ilusión más allá de un sueño.
Hoy miré caer una estrella del cielo,
Corrí a ella para ser yo su dueño,
La encontré triste, mas no sé. Helo:
Era como un hermoso rayo de luz
Que brillaba bella incansablemente,
Sus ojos como dos perlas de Ormuz,
Su boca a fuego incandescente.
Pero aquello hermoso no era estrella,
Tampoco era algo que fuera cierto
Puesto que era una deidad muy bella
Igual a una que soñé una vez despierto.
Guardaba dentro de sí un inmenso tesoro
Que forjó con delicias, encantos y dolor,
Me dijo: “no he de llevar plata ni oro
Debido a que no tiene precio el amor”.
En tardes como esta, suelo soñar
Que encuentro al amor en vida,
También siento poder adueñar
Al amor que fue mío un día.
¿Cómo estás adorable criatura?
Le pregunté a aquel adorable ser
Que en su pecho lleva una hondura
De sentimientos que le hacen embellecer.
Mas aquella hermosa solo callaba.
¿Acaso ella ha de estar muy triste?
-¿dónde está aquel que me amaba?-
Preguntó, -muy feliz me hiciste-.
Mi hermosa bella, dulce resplandor
De luz que segas a quien te mire.
¿Andas en busca de un nuevo amor
O de felicidad? Anda, por favor dime.
-¡Oh adorable príncipe hermoso!
Mis ojos solo a ti te pueden ver,
Tu mirada, tus ojos y tu majestuoso
Corazón que sufre por renacer.
Te pareces tanto a quien yo amaba,
Te pareces tanto a quien quise, y yo
Sé bien que tú no te lo esperabas
Pero tu corazón en el cielo vio…
El destello de luz que yo dejaba,
El sentimiento que él sentía,
Igual como mi amado cuando se alejaba,
Igual a como sentí cuando yo moría.
Yo no soy ninguna estrella ni deidad…”
-pero si tú has caído desde el cielo-
“créeme, pues te digo la verdad
Aunque mis labios crujan como hielo”.
-yo tampoco soy algún príncipe,
Y no creo ser aquel que te amaba,
Tan solo he sido un participe
De tu búsqueda por si te encontraba.-
En tardes como esta, cuando el sol se oculta
Suelo pensar en cuanto a mi amor quiero,
Aunque estrellas el cielo a veces esputa,
Recordar solo a una en toda mi vida espero.
Detrás de cada sueño hay una ilusión
Y del cielo vi caer una estrella.
En el viento se escucha una linda canción
Que dice ser tú la más bella.
En tardes como esta o como en otra
Le diré al mundo que yo te quiero,
Ya los astros saben que de mi brota
Por ti un amor muy puro y sincero.
Ricardo Manzanarez (Nicaragüense)
- Autor: Ricardo Manzanarez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de septiembre de 2015 a las 17:55
- Categoría: Amor
- Lecturas: 144
- Usuarios favoritos de este poema: Ricardo Achilli(Riki), nelida moni, rosi12
Comentarios1
hermoso tu poema amigo fue un placer pasar por tu portal
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