Anoche conversaba amenamente y sentado entre mujeres,
Me contaban experiencias y anécdotas de sus vidas;
Y yo sin perder detalle atento las escuchaba,
Y entre unas y entre otras, escuché poca vergüenzas .
Me divertí como niño que tiene un juguete nuevo,
Y al escucharlas a ellas, me daba vuelta el cerebro ;
Elizabeth, me hizo reír con su chiste y la tarjeta,
Que si no se la firmaban, nadita que ella suelta.
Y Lussette , casi me ciega , luciendo su pantalón ,
Porque lo que lleva oculto, es tremendo pantallón;
Mi mujer muy sigilosa entre ratos me observaba,
Por si acaso por los chistes, este Negro se esmandaba.
Pero yo no soy un tonto, disfruté de la ocasión,
Y de aquel tema escogido, a todas se lo juré, que lo hago por amor;
Que bueno es estar lo juro, conversando con mujeres,
Y escuchando sus palabras , las cosas que uno aprende.
Pero lo mejor de todo, es tenerla entre los brazos,
Gozando sus ricos besos , y su cuerpo como Eva;
Que allí en el paraíso, hizo un muñeco de Adán ,
Al tentarlo el culebrón y la manzana agarrar.
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita
- Autor: José Miguel Pérez Amézquita (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de septiembre de 2015 a las 09:54
- Categoría: Amor
- Lecturas: 47
- Usuarios favoritos de este poema: nelida moni
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