No me quedan fuerzas para contar los envites de esta vida amarga.
Miles son las tristezas, incontable el recuento de las noches largas.
Pesan las promesas, las mentiras, tantas cobardías, alguna espantada.
Cuento por cientos las traiciones, los tormentos, las tropelías, las faltas de respeto y las puñaladas.
Si algo me sorprende aún en este alma, es que pequeña, indefensa y medio atropellada, aún refulge, como cuando era niña, la esperanza.
©h.gwritings
- Autor: Hgwritings ( Offline)
- Publicado: 17 de septiembre de 2015 a las 12:08
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 59
Comentarios1
La tristeza encanta, a veces, a través de los decires. ¡Hermoso poema!
Muchas gracias María Elena. Besos!
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