Sumerjo mi pena,
más no se ahoga,
sólo yo…
… yo lo hago,
brota, nace, no muere,
me desafía, se queda, crece,
se ríe con su llanto,
de mi, sí de mi existencia,
su alimento, su pan.
Pido palas, pido picotas,
para cavar, para enterrar mí pena.
Empiezo a cavar,
la pena me acompaña
y llora pero no sabe por qué,
luego juega con la tierra suelta,
se dispersa y olvida su pena,
pero ella es pena
y vuelve a lo suyo,
me contagia ¡maldición!
no puedo enterrarla.
Y se alegra llorando,
pues es pena
Yo me alejo llorando,
tengo pena,
ella me acompaña,
feliz con su llanto,
pues me tiene, le doy vida
Me mira feliz,
con su cara de pena.
Trata de tomar mi mano y ¡no puede!
La pena se entristece,
me tiene, pero no me posee,
no le pertenezco.
Sólo puede acompañarme
y me alegro por mí,
pero me entristece mi pena,
está sola como yo.
Le tomo cariño a mi pena,
la acompaño, ella se da cuenta,
sonríe, se pone feliz
y sin darme cuenta…
…desaparece mi pena.
- Autor: IturAlva (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de septiembre de 2015 a las 10:55
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 44
- Usuarios favoritos de este poema: Jorge H. Ramirez, kavanarudén
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.