Mi realidad actual...
Golpear puertas,
tocar timbres...
Unas veces me atienden,
otras no...¡qué mala suerte!
Mi vida ha cambiado.
Hoy soy un mendigo harapiento.
Ayer era un señor,
hoy soy un desdichado hombre
en busca de un mendrugo de pan.
Tengo merecido todo esto
que me sucede.
Soy culpable de mi calamitosa vida.
Existe gente que por piedad,
me da algo de comer.
Ando por las calles
descalzo y sucio.
Nunca me ha agradado
ni acostumbrado a esta vida.
Acostumbrado...
Tal vez por mi resignación
ya es una costumbre.
Una maldita costumbre,
tener que estar mendigando.
Estoy auto castigándome.
Por el mal que he hecho
a mi familia
por mi adicción al alcohol.
Recordar un pasado,
que fue maravilloso...
y que terminó
con la muerte
de mi único hijo.
Había pasado a buscarlo
al finalizar una reunión
que tuvo con unos amigos.
Esa noche había yo
bebido demasiado,
como era mi costumbre...
Estaba muy mareado,
conduciendo mi coche
con mi hijo dentro
regresando a casa...
Iba a alta velocidad,
el aire que entraba
por la ventanilla
parecía que me reanimaba,
de mi gran borrachera.
Lo que pasó esa noche,
me lo han contado.
Y ahora yo lo estoy relatando.
Choqué contra un árbol,
que no había divisado.
Mi hijo no se había colocado
el cinturón de seguridad,
y por el fuerte impacto,
estando la puerta
no muy bien cerrada,
se abríó y lo despidió,
destrozándole la cabeza,
y así, halló la muerte instantánea.
Solamente quedé lesionado.
¡Tuve que haber sido yo
el que tenía que morir,
y no mi hijo!
Oh, no quiero recordar,
lo que poco recuerdo...
Sólo sé que maté a mi hijo
sin intención, sin querer,
pero mi adicción al alcohol
me llevó a esa gran tragedia.
Mi esposa se separó de mí.
Tenía en aquel tiempo
muchas deudas.
Quedamos en la más total
ruina económica.
Y quedé sólo en esta vida...
Perdiendo lo único que tenía...
mi hijo por haber muerto,
y a mi esposa
por no querer saber
más nada conmigo...
Mi realidad, hoy,
golpeando puertas,
tocando timbres,
mendigando aunque sea
un mendrugo de pan.
Este incidente luctuoso
me llevó a esta vida.
Vida de un pobre hombre,
vagando por las calles,
sucio y andrajoso.
No quiero saber nada
con el resto del mundo.
En más de una oportunidad
he intentado eliminarme,
pero he tenido
la cobardía de dejar de existir.
Mis intentos fueron leves.
Mis aflicciones y arrepentimiento,
me acosan constantemente.
¡Cobarde, soy un maldito cobarde
que no tengo la valentía
de quitarme la vida!
Mi realidad...
Merezco mis alucinaciones,
mi vida de un pobre pordiosero.
Camino, con poco abrigo,
temblando de frío,
recordando lo que puedo...
aquel pasado maravilloso,
que maté, por mi adicción al alcohol...
Derechos de autor (Hugo Emilio Ocanto - 23/09/2015)
- Autor: hugo emilio ocanto (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de septiembre de 2015 a las 08:15
- Comentario del autor sobre el poema: Buenos días mis amigas, amigos del alma. Un espontáneo relato totalmente imaginario. Nada es real en mi vida en él. Esperando me acompañen, les entrego a cada uno de ustedes un sentido abrazo fraternal. HEO.
- Categoría: Triste
- Lecturas: 43
- Usuarios favoritos de este poema: Violeta, Maria Hodunok.
Comentarios5
Es una imaginacion muy real que sucede a diario, por el alcoholismo hay muchas vidas y familias destrozadas.
Saludos Huguito de tu amigo Jorge
Gracias poeta por unirte a mis letras.
Saludos Jorge de tu amigo
Hugo Emilio.
Tu dramatismo es elocuente y tu pluma de mologuista sin parangón. Buenas letras hermano....saludos.-
MUCHAS GRACIAS ALEJANDRO
POR TAN BELLO COMENTARIO.
MIS SALUDOS, HERMANO.
Maravilloso relato, dentro de su inmenso dolor.
Hay mucha gente que anda así por la calle, y siempre hay una razón para llegar a ese estado.
Nadie es pordiosero, por propia decisión.
Todo tiene una razón y vos Hugo lo escribiste, tal y como es en realidad.
Grande, amigo del alma.
Va mi admiración.
Cariños, poeta.
P.D. Suspendieron la operación para el sábado 3. A aguantarme ahora unos dias mas.
CHAUUUU.
MUCHAS GRACIAS MARÍA, POR ACOMPAÑARME Y OTORGARME ESTE COMENTARIO.
OPERACIÓN POSTERGADA... PERO HEMOS DE "AGUANTARTE" CON MUCHA FELICIDAD,
QUERIDA AMIGA DEL ALMA.
CARIÑOS, POETISA.
Chauuuuuuuuuuu
Gracias Huguito.
Chauuuuu.
Muy triste tu cuento Hugo Emilio, pero estas tragedias por manejar con exceso de alcohol si pasan, y no pocas veces.
Muy bien plasmado amigo,
Un fuerte abrazo,
David
Sí, también yo lo pienso, pero
ambos estamos de acuerdo que estas tragedias ocurren.
Muchas gracias por acompañarme, David.
Un fuerte abrazo.
Hugo Emilio.
Hay muchas historias como ésta...tengo una presente cercana,que sin ser adicto a nada ,tuvo la mala suerte de arrollar a un niño que cruzaba la calle indebidamente...Fue un accidente, pero lleva dos años que no levanta cabeza ...ni duerme. Una persona alegre que ha entrado en una depresión..
Buen relato
Carlos
Muchas gracias Carlos por hacerte presente en este imaginario relato,
que, como obvio es, existen similitudes en la realidad...
Hugo Emilio.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.