Eres

Eres! la luz que ilumina mi alma, llegas de repente sin esperarte, para acompañarme en mi pensamiento cada noche, cada amanecer, mirar por la ventana de mi cuarto como el sol brilla en mi corazón y lanzo suspiros al viento, buscando tu oído, tu rostro, con un mensaje de alegría, porque ¡eres!

El más grande amor de tu vida está en cielo, y sea lo más maravilloso que puedas a ver vivido, y el amor que me dio todo en la tierra, también está en cielo, pero hoy el señor nos pone en el camino, para volver vivir, para volver amar, porque ellos tienen la fortuna de estar al lado de él, quien nos dio la vida, porque es su voluntad.

Tal vez estés frente al mar, ese mar gigante, con sus vientos, con sus olas, con sus pájaros, y allí estoy para acompañarte, con ese viento que acaricia tu rostro, que llega a tu alma para decirte que te pienso, que te llevo en mí, porque ¡eres!

Esta noche en la ciudad mágica de calles estrechas, de fachadas que guardan historias, de amor y des amores, de batallas, donde se encuentran todos para volver a soñar, en ese farol de la plaza santa Domingo, que tiene placer de verte, le encargo que te acompañe, que te ilumine, que no te desampare, y al pasar la carroza con sus caballos  galopando, con sus herraduras contra el piso que re suenan en toda la ciudad, así re suena mi corazón por ti, porque ¡eres!

Llega el amanecer, ese amanecer maravilloso donde se encuentra el cielo con el mar, con destellos de hermosos colores, en ese final están mis ojos para obsérvate y con ellos te digo que estoy acá, en nuestra ciudad de café, de noche, de alegría, esperándote para amarte, para soñar, porque ¡eres!