Eva estaba temblando con una manzana mordida en su mano. Adán la miraba incrédulo; por su mente cruzó su presente, su pasado y su futuro; él sabía que Dios castigaría la desobediencia de Eva.
El la amaba tiernamente y en su futuro se veía con los ojos inundados de lágrimas; ahora tenía conocimiento del bien y del mal y el peor de los males era que su amor estaba perdido.
Adán vió los ojos que eran para él la luz del día, la boca que lo había llenado de besos y los brazos que le habían dado el calor de su amor. Dios los separaría inevitablemente. Eva, su amada, estaba condenada a muerte.
Adán se acercó a ella y la abrazó; pasó sus manos por sus ojos, limpió sus lágrimas y le dijo que nada, ni aún la misma muerte lo separaría de ella; que para él, la vida sin ella no tendría sentido.
Dicho ésto, tomó la manzana y comió. Ella lo abrazó y su temor desapareció, sonrió tiernamente y él hizo lo mismo y se encaminaron a enfrentar juntos su destino.
- Autor: MaFer (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de septiembre de 2015 a las 00:18
- Comentario del autor sobre el poema: Gracias por leerme, espero les guste. :)
- Categoría: Amor
- Lecturas: 46
- Usuarios favoritos de este poema: Edmundo Rodriguez, nelida moni, Juan Carlos Padilla Ortiz
Comentarios3
Querida Fernanda ,
Cuanta belleza de Amor ,
Cuanta fidelidad ,
Cuanta felicidad .
Que grato ser tu lector .
Mi cálido Abrazo .
Qué lindas palabras. Muchas gracias compañero. ¡Saludos! 🙂
Es un hermoso mensaje amiga...yo también creo que la historia debió ser de este modo, y que el amor definió el destino de ambos...♥besos, buen jueves para ti...♥
Yo creó que sí, amiga. Belleza de amor. 🙂 gracias nena, igualmente.
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