Sangre oxidada...]
[...]árboles de metal meciendo sus hojas de fuego
de entre las voces calcinadas del pasado...,
y la burbuja encarcelando a las luciérnagas
que se duermen y estrujan de entre el cristal...,
donde alguna vez fueron las lágrimas del tiempo
que abrieron los cielos íntimos de la mirada [pérdida[
y que bajo el gesto sombrío y pusilánime de la casi noche
se abre y cierra una herida de boca rasgada
entre la textura claustrofóbica del cielo tachado de nubes,
donde los sueños quedaron atrapados en la retina
de un ojo perdido en la perdida mirada botando sus sentimientos líquidos al unísono,
donde las hadas se quitarón el maquillaje mágico
para renacer en luciérnagas atrapadas en una esperanza vaga
donde se endurecen los féretros de cristal
atrapando esa poca luz de árboles irradiando la soledad de los muertos...,
que se esconden de entre el sabor del luto...,
de una noche escondida entre el velo incauto de los ciegos...,
que se orillan en esa necesidad desesperada...,
en ocultarse del bullicio de la bocinas de asfalto...,
que imploran suicidarse en cuestiones viciadas
por la costumbre de sobrevivir [una vez+]
en el asedio acostumbrado de las cenizas calcinadas en el incendio de la esperanza y la creencia
[¿creer en qué? ]
por ejemplo; dormir y no(de nunca) despertar,
despertando...] durmiendo[a ocasos] en ésos laureles donde equivoqué tomar la decisión sedentaria
y ver..., a través de la retina..., detener el tiempo
en un letargo extendido entre mi silencio y garganta,
[Desgarrando mi fe ausente[sin clamar por mi ausencia,
y...,
perdiéndome
donde se pierden los perdidos...,
en ésa pérdida...,
donde una huella pálida
es más que éste incontenible vacío...
,
y no sé dónde estoy,
ya que me pregunto,
y no puedo responderme
sin, al menos quedarme dormido
en ese dibujo que no he desangrado de mi piel
y que hoy..., se adormece una herida
que antes tenía la tez dolor...,
y que hoy es una costumbre masticar el chicle de las estrellas
que se ocultan y apagan entre mi ánimo desnutrido
ante las voces acribilladas por la resonancia del silencio...
tiritan a lo lejos* y es el miedo,
que se va comunicando con el adiós
alargándose con el nervioso regazo
que se duerme en esa felicidad
que alguna vez alimento la paz
de los equivocados muertos
desparramándose en estrellas fugaces...
-pide un deseo-
ahora se desprende las lágrimas del cielo
a través del luto imaginario del tiempo.
- Autor: Joel Parra (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de septiembre de 2015 a las 02:21
- Comentario del autor sobre el poema: No sé en que momento dejé de estar aquí, y simplemente deje de estar acá..., por ahora escribo pésame, y es ausencia, las flores se quiebran y el cielo pareciera tener una textura apagándose es gris, tenue, sin fronteras..., siento que no siento sintiendo que se está escribiendo un vacío tan doloroso como el silencio de mi garganta y también como la extensión de mi alma, que se va adentrando en ese féretro que no entiendo, pero, que me lleva a un viaje que desconozco..., por ahora soy una vida errante y anónima...
- Categoría: Triste
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: PETALOS DE NOCHE, Pepe Pnca, Jorge H. Ramirez
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