Nosotros, ángeles que un día fuimos,
en un mundo tan cercano al paraíso,
que íbamos a volar sin previo aviso
y castillos en el aire construimos,
a solas, sin permiso.
Nosotros, que juntábamos los sueños
y a borbotones hervían las ideas
y organizábamos rifas y peleas
tan impropias de seres tan pequeños
en tantas patuleas.
Nosotros, que fumábamos estrellas
y en silencio escuchábamos los grillos
tan ingenuos, tan simples, tan sencillos,
mudos, allí observando cosas bellas,
escasos de estribillos.
Nosotros, que aún no sabíamos contar
ni tampoco qué era el abedecedario,
y menos aun las cuentas del rosario
y comenzábamos ya a balbucear
en nuestro campanario.
Debió ser una noche que abusando
en que el pecado a nosotros nos tentó
y fue así que la inocencia se murió,
sin conocer por qué, cómo y ni aun cuando.
ninguno lo evitó.
Desde entonces hasta hoy vamos penando
cumpliendo a sacrosanta penitencia,
sin importar pidiéramos clemencia,
dando fuerte nos vienen y azotando
incluso en la conciencia.
©donaciano bueno
- Autor: donbuendon (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de noviembre de 2015 a las 04:23
- Comentario del autor sobre el poema: ¡Oh, la inocencia! ¡dónde queda?
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: pani, Myriam Estrella B
Comentarios1
Excelente rima excelente poema. Un abrazo
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.