Atravesare tu alma en un sin fin
de cartas a recuperar por tu espejo,
al caer los versos sobre tu cintura
volverás en besos recientes y añejos,
según resbale la peonia en tus labios
golpeare el mirto, suave,
lleno de belleza impura que penetra
en el mar y sale de la espuma,
suave como la flor que penetra
mi corazón, al que golpetean
los lirios al cantar su canción,
errantes gemidos que describen
nihilismo en noches de pasión.
Robada ya ha sido mi alma,
que resbala sobre una fuente
jamás lícita, pero permitida tal vez
por Venus,
que caída la luna robados mis sueños,
fueron entregados el rencor de los trasmundanos,
el dolor y la labia no fueron opción,
ante tantas letanías que jamás cumplieron su misión.
Por que perfecta es la distancia,
por que calla a una flor,
en múltiples jardines
de tu piel de jazmines,
de la pasión la escuela jamás compuesta
atreves de tus piernas, exploradas,
por mis dedos al piano de Chopin,
bella y pura alma de versos
en los libretos de Dickinson.
Katia y su mirto,
siempre mía,
la mejor de las mentiras.
- Autor: El decimo poema ( Offline)
- Publicado: 25 de septiembre de 2015 a las 15:33
- Categoría: Amor
- Lecturas: 119
- Usuarios favoritos de este poema: nelida moni
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.