Los ojos de mi maestra
brillantes y apagados,
lineas firmes en tu piel
marcando el recuerdo,
¡hay, el tiempo no es tu amigo!
ni el de nadie...
He visto en tus ojos
a una madre
he visto tus ojos
y he aprendido.
Los años te han gastado
mujer, te han dejado
la mirada tan quejosa.
Esa mirada que todos
hemos visto en el aula
pero nadie a descifrado
tan llena de sentimientos
y pensamientos.
Mujer de dos vidas
madre de dos familias
tus hijos no conocemos
tu pasado, ni hemos salido
de tus entrañas.
Pero aun así hemos
nacido, crecido y
aprendido en tus
palabras.
Comentarios1
Bellisimo pasaje, Yoko, seguro que es la inspiracion de su vida de la vocacion . Gracias por compartirlo.
gracias, fue una de las tantas razones q tengo para dedicarle este poema 🙂
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