Balas de silencio

Tengo que prender el cigarrillo
(costumbre de suicida)
y descuidar la vida
que derramo en tus labios.

En la cima descansa la mentira
y si soy sincero
me parece más acojedor 
el infierno.

Dios merece ser asesinado 
a sangre fría
por todo el sufrimiento
y sucio negocio
generado a costa
de su perspicaz 
inexistencia.

El mendigo rompe la acera
con su llanto
la puta da placer 
con su tristeza
y nadie llora 
por ella.

El temblor del yonqui
y su mono
crean un terremoto
en mis necias tripas.

Bocas cosidas
saborean sobras
y al payaso ebrio
solo le divierte 
el odio
hacia la ociosa risa.

Hay un cementerio 
en el rincón más oscuro 
del bar
donde los cadáveres 
danzan
sin música
con vasos vacíos
adornando sus manos.

El cuchillo limpia la sangre
que llueve sobre
la riqueza del detalle
desterrado del paraíso.

No sabría explicarlo
pero hay magia
en el impacto.

Intégrate en la guerra
mantente silencioso
cual buen depredador
y quizás
tal vez
con algo de suerte
y un par de buenas 
dentelladas
te libre la vida
de yacer
con el asco...