“Las furias de tu corazón no podrán
hacer nada para que, lo que sucedió,
no hubiera sucedido”
IGNACIO LARRAÑAGA
Nos cubrimos de colores la existencia
y aguardamos impacientes al futuro,
ignoramos lo que pueda ser oscuro
y hasta somos algo así como inocencia.
Porque damos lo mejor de nuestra vida,
porque dimos algo más que una sonrisa,
porque a veces nos bastaba una caricia,
sin saber que ya sangraba alguna herida.
Pero a veces nos deslumbran espejismos
que entorpecen los momentos más felices
que oscurecen los mejores optimismos,
que nos dejan sin palabras, sin matices.
Y por fin, cuando amanece un nuevo día,
nos vestimos nuevamente de ilusiones:
nuevos versos, nuevas rimas, nuevos dones,
más sonetos, más canciones, nueva vida,
aunque a veces una lágrima tardía
nos recuerde que sin paz no hay alegría
o nos traiga a nuestros días nubarrones.
- Autor: Rafael Rec. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de septiembre de 2015 a las 14:16
- Comentario del autor sobre el poema: Tomo prestado para este poema el título del libro homónimo del sacerdote español y franciscano Ignacio Larrañaga Orbegozo, quien falleció en octubre de 2013 en la ciudad de México. Un gran maestro de la auténtica y genuina oración.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 93
- Usuarios favoritos de este poema: EstrellaMarina, Myriam Estrella B
Comentarios1
Hermoso poema, saludos
Gracias Estrella. Recibe mis saludos también.
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