Hola Filomena, hace tiempo quería escribirte esta carta, pero me daba pena. El pensar que eres vecina nueva, tan amable y cordial además de bella, me tenía preso en una botella. Pero hoy aprovechando la luna llena en que puedo escribir con facilidad cartas y poemas he decidido escribirte para salir del problema.
En horas vespertinas he visto que te esmeras, cuando los arreboles tiñen de naranja la tarde entera y la brisa mueve las altas palmeras te veo pasar con tu graciosa perra junto a mi jardín de blancas azucenas que son herencia de mi abuela.
Las veo radiantes, las veo tan bellas que hasta cierro la ventana para ya no verlas, imaginando solamente que son espejismos que a mi mente alteran. Es que tú y tu adorada perra están usando de vertedero a mi jardín de azucenas.
Tú tan bonita por fuera, no te dignas a llevar una palita siquiera, y tal vez dos o tres puñados de arena, para ir recogiendo lo que deja la perra y no dejar mi jardín echando candela, con olores peores que una borrachera.
Quiero verte pasar Filomena, en las tardes arreboladas en plena primavera, con tu vestido de flores y tu larga melena, armada con pala y arena para evitar más cartas sobre el mismo tema, porque a decir verdad estas cosas me apenan, más si la chica es buena moza y vecina nueva.
Disculpa mi atrevimiento Filomena es que a veces cuando la inspiración me llega me da por escribir algunos poemas y quiero hacerlo olfateando el aroma de mis azucenas y no la fetidez que deja tu perra que me quita la inspiración por mas buena que la tenga .
No vayas por Dios a molestarte, ni vayas a reaccionar dándome lata apareciendo también con una gata para perfumar las flores y las matas y dejar doble la hedentina por donde pasan. ¡No señor! No seas ingrata mejor lee en calma mi expresiva carta y si no te gusta te mudas de casa que yo prefiero no ver cuando pasas que tener que olfatear las perrunas fragancias que son tan fuertes que casi matan y dejan en mi jardín, de tu falta de aseo, plena constancia.
Hasta luego Filomena, espero no hagas caso omiso a esta carta, so pena de recibir mañana alguna esquela cuando me dé un infarto y sea yo quien reciba las paladas de arena.
Atentamente,
Gorgonio Eustaquio de las Tablas en la Cabeza .
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela
- Autor: Diaz Valero Alejandro José ( Offline)
- Publicado: 30 de septiembre de 2015 a las 09:22
- Categoría: Humor
- Lecturas: 33
- Usuarios favoritos de este poema: Trovador de Sueños ...y realidades.
Comentarios4
Jajajajajaja!!! Eres un bálsamo para mi mañana, con esos agradables y ocurrentes relatos que nacen de tu inspiradora mente poética y fantasiosa.
Saluditos
Saludos amiga Lissi, tiempo sin escribir ocurrencias humorísticas. Gracias por pasar. Un abrazo!
Jajajajaja.... muy buena esa, pariente... cierraaaa la ventana.... espero que ella, al menos sepa leer y entender. jajajajaja.
Un fraternal abrazo, paisano.
Será mi compa, que cerramos la ventana y adiós luz que te apagaste, jajaja
Otro abrazo!
Muy buena. Saludos.
Saludos Socorro. Gracias.
Jajaja, Esta genial el reclamo justificado.
Un saludo de Bea.
Jajaja da risa el asunto pero al fin y al cabo es un reclamo, poético y todo, pero es un reclamo., Saldos amiga Bea.
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