Apuntaba el reloj exactamente las siete y cinco de la tarde. Ellos seguían de la mano, frente a frente. El tren apenas había salido, pero bastaba ver aquellas manos sujetándose las almas para adivinar, sin prisa, que estarían así toda la noche.
Sin retorno.
- Autor: Micha (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de octubre de 2015 a las 18:00
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 111
- Usuarios favoritos de este poema: Poemas de Pepita Fernández, Delirio_
Comentarios2
*w* hey siga escribiendo, que no me canso de leer esos microrrelatos tan hermosos.. 😉
Oh Mi marie ♥ Gracias por leerme siempre siempre *-*
HERMOSO sensibilidad y talento.
Adelante !!!!
Muchas gracias, Pepita! Un saludo cordial!
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