Tu cuello, luce los brillos
intensos de mis besos
uno a uno los engarcé, muy juntos
abigarrados, como estrellas
en el azul profundo.
Pero ellos, envidian
los pechos de ángel
que como diademas únicas
anuncian el cuerpo amado.
En la penumbra, te observo avaro
como aquél que codicia el universo
y solo puede abrir las manos
llenándolas sin saciarse.
Soy inmensamente feliz
y al mismo tiempo
se me aprieta el corazón
al ver cada uno de mis besos
apagar sus brillos
detrás de tu mirada.
Entonces, solo queda
Como inveterado penitente
renovar cada uno
de esos efímeros besos
engarzados en el cuello.
Dejando caer algunos
como al descuido
sobre el hombro desprevenido
o aún mas allá
sobre los pechos de ángel.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de octubre de 2015 a las 09:36
- Categoría: Amor
- Lecturas: 67
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