A solas con un café dulce-amargo
reviven en la memoria los amores lúdicos,
esos que hacen revolotear mariposas
en la boca del vientre dormido.
En cada sorbo, un suspiro, imaginando
como delicado, suave y sutilmente,
roza, con sus manos, sus caricias, por el cuello;
haciendo estremecer el ánimo del cuerpo.
No se debe olvidar la amargura del café
que en la boca deja al paladar,
sino se quiere sentir el amargo del dolor
de suspirar por un imposible amor.
AlfonsinaELK
3/10/2015
- Autor: AlfonsinaELK (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de octubre de 2015 a las 02:04
- Categoría: Amor
- Lecturas: 76
- Usuarios favoritos de este poema: JanielGarcia
Comentarios1
Gracias por su comentario Syol.
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