Lo efímero en el jardín.

Cortez

Erase una vez,

Una rosa carmesí, 

Posada en un jardín, 

De infinitas sinfonías.

 

Pasaba todo el día,

Inspirando melodías, 

Sin siquiera darse cuenta, 

Se transformaba en poesía…

 

Pasaron muchos años, 

Y nadie nunca logro, 

Capturar su hermosura, 

Ni en mil versos o pinturas.

 

El tiempo voló,

Y la rosa marchitaba,

Se extinguía su belleza, 

Y el mundo se alejaba…

 

Todos sus poemas, 

Todos sus retratos, 

Eran recuerdos inmediatos, 

De lo que fue alguna vez.

 

La rosa entristeció,

Pues con nadie se quedo,

Todos la dejaron, 

Cuando su belleza disipo.

 

Pues nadie la quiso, 

Más allá de su apariencia,

Nadie la busco, 

Para cuidarla con paciencia… 

 

La rosa marchitada, 

Noto algo a lo lejos, 

Un joven ruiseñor, 

Contemplaba su tormento…

 

La flor avergonzada, 

Silenciaba sus lamentos, 

Y el joven ruiseñor, 

Sonreía desde lejos.

 

Volando hacia la rosa, 

Con ternura pregunto, 

¿Por qué lloras bella flor?

¿Por qué callas tu tormento? 

 

La flor ya muy dolida, 

Con susurros contesto, 

Me he quedado sola…

Nadie quiso mi corazón… 

 

El joven ruiseñor, 

De nuevo sonreía,

Con ternura la miraba, 

Y con dolor la percibía…

 

Con amor le contesto… 

 

No digas eso, 

Pues nadie te conoció, 

Solo querían poseer,  

La ilusión de tu belleza.

 

Tu corazón nadie buscaba, 

Y por eso nadie lo encontró, 

Es un tesoro tan hermoso, 

Que no merecían conocerlo…  

 

Ya no estés triste, 

Bella rosa carmesí, 

Sonríe ahora al mundo, 

Que este no es el fin…

 

Por años he pasado, 

Por este gran jardín, 

Escuchando melodías, 

Que hablaban sobre ti… 

 

Ahora me lamento, 

No debí dejarte sola,

Pero el tiempo ha pasado, 

Y ahora estoy contigo...  

 

La rosa marchitada, 

Sintió amor al fin, 

Por el joven ruiseñor, 

Que la espero hasta ese día…

 

Pero la rosa moría, 

Ya era su tiempo, 

El sol le avisaba, 

Que era el momento… 

 

Al poniente miraron, 

La rosa y el ruiseñor, 

Ambos sonreían, 

Pues el amor al fin los encontró…

 

Es hora de irnos, 

Dijo el joven a su amada, 

Tomándola del tallo, 

Sangro con sus espinas… 

 

Volando, la llevo, 

Al peñasco de una colina,

Donde juntos vieron el ocaso, 

Hasta el fin, ese día… 

 

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  • Autor: Tolerant Dragon (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 4 de octubre de 2015 a las 03:05
  • Categoría: Triste
  • Lecturas: 48
  • Usuarios favoritos de este poema: JanielGarcia
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