(Las manos de mi esposa)
Dos palomas sobrevuelan presurosas
un océano de grafemas dibujados;
incansables, suaves, bellas, blancas rosas,
se deslizan suavemente en tres teclados.
Dos palomas por las tardes, diligentes
compaginan el cansancio y la enseñanza;
ellas son tus compañeras confidentes,
te acompañan mientras duerme la esperanza.
Son tan blancas, tan pequeñas, tan sutiles,
que semejan dos estrellas matutinas;
me parecen dos figuras de marfiles
que contienen rosas blancas sin espinas.
¿Cuántos meses pasarán, cuántos abriles,
hasta que el fin también las mire vespertinas…?
- Autor: Rafael Rec. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de octubre de 2015 a las 11:29
- Categoría: Amor
- Lecturas: 209
- Usuarios favoritos de este poema: Rafael Rec
Comentarios1
preciosidad , felicidades
Escribe precioso
Gracias Sol. Tu opinión es tan breve como grata.
Saludos.
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