Lo bueno de las personas seguras es la falta de celos, no afectan, no llaman la atención y ni llegan a oler.
Si es cuestión de llamar la atención, en vez de saltar para dejarse ver, mmm que siempre viene bien, es la seguridad.
A mi los hombres seguros me encantan y si llevan tu sonrisa es un añadido de "estrellas Michelín"... para comerte.
No es tu fuerza, y digamos que tampoco será esa mente intuitivamente brillante que tienes, ¡es ese! ese algo que me atrae a ti con fuerza incontrolable, con ternura y valor entremezcladas, es mirarte y creas, produces cariño a borbotones, amor con ganas de abrazarte sin decir nada, admirando cada poro, cada detalle, virtud o defecto tuyo, que para mi es sólo una cosa más que amar y querer.
Me gusta la angustia y mala sangre que a veces te envena, que me hace pensar, que sería yo la que dejará que Sacases fuera de ti, todo lo malo, negro, oscuro que te atormenta, desintoxicándote, purificándote con mis caricias y mis abrazos suaves, dulces y penetrantes que sólo tú y nadie más que tú los puede sacar.
Llegas a un punto en que tu locura sórdida logra al mirarme se transforme mi "yo ajeno", llega a mi alma y despierta al pasado, al futuro e invita al presente a humedecer todo en mi, TODO.
¿Y dime a qué hora te espero?
Vera.
- Autor: VeraAlexssandra ( Offline)
- Publicado: 5 de octubre de 2015 a las 08:41
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 31
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