Mi brazo extendido
como un muro, te rodea
te lleva y me acompañas
en este atardecer tibio.
¿Por que sos vos?
Tu fragancia de flores
la tibieza de la piel
me miras sonriente.
¿Y por qué no?
Si a sido así
la vida nos encontró
fue natural que pasara.
Tus cabellos huelen a manzanas
y eso me trae recuerdos
recuerdos lejanos
de mi primer pecado.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de octubre de 2015 a las 09:17
- Categoría: Amor
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: nelida moni
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