El beso incansable

Sin sentimiento voy a permanecer, esa chica castaña a mí no me va a torcer.

Mi sentimiento es duda, esa chica castaña a mí no me va a torcer.

Mi sentimiento es duda, se acerca cautelosamente a mi corazón, me consume el miedo.

Junta sus manos a las mías, me acelera la tensión, me consume el miedo, acelera mi respiración.

Pasa sus dedos a mi pecho, sus pies dan pasos de ratón, no sé si seguir con esto, acelera mi respiración, encoge mi pecho.

Susurra dos palabras con dulzor, relajada, no sé si seguir con esto, quizá sólo deba decir hasta luego, simplemente sólo tenga que decir adiós.

Pero sin estar con ella no hace más que sondar mi cabeza, quizá sólo deba decir hasta luego, mañana me habrá olvidado, por mí nadie ha luchado.

Roza mi cuello con decisión y me da un leve beso tras haberle dicho adiós, me estoy dejando llevar, poniéndole fácil lo que me hubiera imaginado que llegaría, por mí nadie ha luchado.

Su sonrisa perpetua hace que mis ojos den destellos de sinrazón, me estoy dejando llevar, no sé a dónde voy a llegar, apostarás por un beso, sin permitirte fallar.

Llegaste con los ojos cerrados a mis labios, intentando tocarlos, rebuscando un cobijo para tus manos, apostarás por un beso, ese beso te lo voy a dar.

Mañana siempre será el día que te tenga que besar, aunque no te vea, aunque sólo te piense seguirás apostando, pero hoy no, lo uso como excusa porque mañana, ese beso te lo voy a dar.

Me tengo que aguantar las ganas de poderte acariciar, de abrazarte día a día un poco más, aunque a amarme llegue, aunque a odiarte alcance, lo uso como excusa porque mañana, al igual que todos los días de mi vida, un agrio beso eterno te voy a dar, sin tocarte pero amarrando mi alma a tu triste final, a tu acompañado pasar de los días, a tu frío incansable y al amor que te tengo, mi amor.

Mañana y siempre, mi alma te besará.