Me sorprendieron las ganas de callar para siempre;
ésta boca ya no pide más perdón.
Quiero tumbarme en mi cama; reír para adentro,
dedicarme a la inanición hasta que
la muerte me sorprenda silbando
despreocupado.
Se acerca ruidosa “la moralista”, arrastrando
su obscuro pasado con ganas de ofender;
esta vez no. Mirada fija
en la bombilla del techo, brazos
entrelazados y largos silbidos
como respuesta.
- Autor: Jota (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de marzo de 2010 a las 10:04
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 94
Comentarios1
MUY HERMOSO TU POEMA..
SALUDITOS Y DIEZ AL POEMA!!
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