A ese chico con hambre
que robó un hueso
quiero que lo encadenen
por el pescuezo
o al menos lo metan preso.
Porque yo en la Justicia
siempre confío,
porque el Juez de la causa
es amigo mío
qué digo, que si es mi tío.
Este es el triunfo, amigos, de la indecencia
donde hay muchos juzgados, y no hay sentencias.
La ganancia excesiva
que da el mercado
quiero que venga toda
para mi lado
qué digo, para el Estado.
Y que mucho reciba
el que más aporta
y el que no, que no pueda
probar la torta.
Y de última, que me importa.
Este es el triunfo, amigos, del egoísmo
de los que quieren todo para sí mismos.
Si se mueren los pibes
sin sus vacunas
será porque han nacido
en la mala cuna,
qué digo, mala fortuna.
Es mejor que haya mucho
para unos cuantos.
Que se queden sin nada
los otros tantos
qué digo, que no hay más santos.
Este es el triunfo, amigos, de la arrogancia
porque no pueden todos tener estancias.
Si el mundo no parece tener razones
pa' que todo parezca estar tan revuelto,
cuidado no se inflamen los corazones:
Alguno va a cobrar, y a guardarse el vuelto.
- Autor: Julián Centeya (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de octubre de 2015 a las 00:01
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 127
- Usuarios favoritos de este poema: Donaciano Bueno, Hisopo
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