Niña, mujer, sorprendida
enorme, como el universo
tus ojos devoran, poco a poco
la realidad de la vida.
Sopla con el alma de tu aliento
la faz de mi tierra
y cuando llegues al mar
suave, peina mis cabellos.
Hermosa niña de los vientos
que los árboles, te saluden
dejándote pasar
seguros del regreso.
Hasta que en tu cintura
la luna esconda sus puntas
dejando que el sol
pariera el horizonte nuevo
en medio de cantos
y tibieza esperanzada.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de octubre de 2015 a las 10:28
- Categoría: Amor
- Lecturas: 56
- Usuarios favoritos de este poema: soki, nelida moni
Comentarios1
Espléndida adolescencia, es tan pura y tan confusa que brilla como el sol y respira como la luna. Me agradó mucho tu poema Esteban.
Saludos y buen fin de semana.
Si, esa etapa ya vivida y de hermosos recuerdos. Pero la adolescencia nunca nos abandona, en esta madurez que nos gana, también adolecemos de algunas cosas no por ignorarlas con falta de experiencia, sino por no querer recordarlas en la desesperación de lo ya perdido.
Por ejemplo, la persona que en su madurez es incapaz de amar.
Seguramente serán buenos días.
Esteban
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